DATO OCULTO

Al escuchar el timbre del celular que le tenía asignado a Erika sintió como la adrenalina bajaba por el pecho hasta llegar al estómago, tomo el celular y lo puso frente a su cara mientras pensaba que iba a responder sin saber que le van a preguntar.

Aló – dijo armando
Ya voy para allá – dijo Erika con la vos temblorosa
¿Como así, vienes con Manuelito? … sí. –se respondió con ansia.
Nos vemos en la estación cerca al Bronx, si no estas a las seis no sabrás jamás de mí. - dijo Erika un poco más decidida, pero todavía Armando percibía en su vos algo de engaño.

Eran las 3:45 de la tarde cuando Erika colgó sin despedirse, solo le quedaba esperar en la estación porque cuando llamaba a Erika no le contestaba.


Mas adelante en la historia

A eso de las 5:20 volvió a sonar aquel ringtone de esperanza.

Hola – dijo Armando
Hoy no va a ser, quizá mañana – dijo Erika
¿Como así? – pregunto armando mientras escuchaba el sonido de la calle que no le dejó entender plenamente.
No preguntes, el que puede perder todo eres tú. Espera mi llamada y te diré cuando nos vamos a ver. - Dijo Erika antes de colgar súbitamente

Se sintió de la misma manera que deberían de sentirse las personas a las que amenazaba porque le debían.

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Después de levantarse y hacer su propio café Armando volvió a escuchar su celular sonando, pero esta vez no era la llamada que esperaba, o por lo menos no creía que fuera porque sonó el timbre que le sonaría a cualquier persona, no el de Erika.

Aló – respondió Armando como el más frió de los asesinos al creer que era un cliente que lo llamaba.

Hoy si espérame a las 6 de la tarde en la estación que te había dicho desde un principio. Espero que esta vez no me falles - aclaro Erika.

Con la voz totalmente distinta a la que contestó, un poco frágil le dijo – Te Amo y…

Otras ves sin aviso colgó y como siempre no le quedaba más que esperar.

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A las 5:45 estuvo en la estación acordada y al llegar el tren de las 6:00 solo vio que se bajara Manuelito, con una total esperanza lo abrazó con mucha fuerza, al preguntarle por su madre el le dijo.

Me dijo que mañana venía, que me viniera solo y que me mandaba con un abrazo tan fuerte como si fuera el último.